Hay algo que te acompaña constantemente, esta contigo
las 24 horas del día los 365 días del año, vives con él, sientes… y gracias a
él puedes hacer mil y una cosas. Pero parece tan obvio, que has perdido todo su
interés por él, sólo lo recuerdas cuando duele o algo no funciona como debe,
estoy hablando de tu cuerpo.
Naces con él,
al principio es un descubrimiento, sólo tienes que observar a un bebe como se
sorprende cuando descubre su píe o su mano, como ríen o ponen cara fascinación
con el movimiento más normal de alguna zona de su cuerpecito. A medida que
crecemos nos vamos a acostumbrando a él, tanto que cuando somos adolescentes
queremos hacer cambios, nos tatuamos o tal vez algún percing o pendiente.
En la edad
adulta llega el caos, nos sumimos en otras cosas, estudios, trabajo, profesión,
en resumen, en nuestro día a día, olvidando algo tan importante como eso que
nos acompaña siempre. Nuestro Cuerpo. Sólo le recordamos cuando nos duele o
algo no va bien.
El masaje
tiene un objetivo para ti. Es ideal para
el reencuentro con tu cuerpo, volver a descubrirlo, sentirlo, disfrutarlo e ir
más allá, despertar en ti y excitarte con nuevas sensaciones y emociones, una
puerta hacia tú interior, hacia un nuevo placer y extasís y todo a través del
templo de tu alma, como dicen los antiguos. Tu cuerpo., con el masaje como compañero
inseparable.
Vuelve a tu cuerpo, no lo postpongas más. Vive el masaje como nunca antes.
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