El otoño es una estación
fabulosa, donde los paisajes se tiñen de oro y el calor del verano deja paso a
una temperatura más fresca y no por ello menos agradable, es una temporada de
cambios en nuestro organismo, la luz clara del verano da paso a la luz tenue y
de recogimiento del otoño.
El masaje otoñal nos
prepara para el invierno, menos actividad física, menos movimiento, menos
calor, más dolor articular, rigidez…
El masaje te prepara para combatir las desagradables enfermedades propias del otoño, como el resfriado y la gripe, que comienza a aparecer en esta época. Se ha descubierto recientemente que el masaje puede ayudar a aumentar la actividad de los glóbulos blancos, con lo que el resultado es un sistema inmune más fuerte que puede defenderse de la enfermedad de manera más efectiva.
Los cambios horarios y el descenso de la luz natural, nos provoca
desarreglos en nuestro hábito del sueño, el masaje produce una relajación y nos
induce a un sueño profundo y reparador.
Otra faceta increíble del masaje es el alivio del dolor de artritis estacional, la artritis y artrosis
en definitiva el reuma y las temperaturas del otoño son una mala
combinación y aquí, el masaje tiene mucho que decir, Un masaje puede ayudarte a
mitigar tu dolor y ayudarte a pasar las temporadas más frías con menos
problemas.
El masaje otoñal
además produce calor interno, ideal para combatir el frío, nutre nuestra piel
que se ve privada de los beneficios del calor natural y de la luz del sol, nos
activa, nos reconforta, nos produce ganas y motivación para esos días tan
grises y tan otoñales…
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