No
puedo evitar tocar el tema de la religión y espiritualidad. Cada persona tiene
una forma especial y única de sentir y vivir su espiritualidad su manera de
orar y rezar, os voy a sorprender con una nueva dimensión de la espiritualidad,
en forma de masaje.
Mi
sala o cabina de masajes, mi templo. El masaje el ritual o ceremonia, masajista
y masajeado, se entregan a Dios, el universo, la fuente… llámalo como quieras.
Un
éxtasis a través de las manos y del cuerpo, un pecado pasado transformado en
algo sagrado en nombre del arte, llamado masaje. Un sacramento donde de las
manos al alma, se crea un espacio intemporal, un estado alterado de conciencia,
donde tal vez hablemos con Dios en forma de caricia.
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