Hace pocos días,
dando vueltas por la tv, buscando algo que ver, me encontré por casualidad esta
película. Es de las pocas veces, que se
ha reflejado en el cine, el mundo del masaje, esta película de 1.999. Protagonizada
por Val Kilmer y Mina Sorvino.
No voy a entrar en la crítica cinematográfica. Tan solo
comentar que en su día me gusto, en varias escenas se percibe la esencia y el alma del masaje y la relación
tan estrecha entre masajista y masajeado. Apenas hay varias escenas de masaje,
la mejor sin lugar a dudas, es cuando los protagonistas se conocen en un primer
masaje, y como el masajista siente con sus manos las tensiones y problemas del
día a día, reflejadas en forma de dolores y contracturas.
La historia cuenta como una arquitecta muy
estresada por su trabajo, aprovecha unos días de vacaciones para recuperarse y
relajarse en un balneario en las
montañas. Allí conoce a un extraordinario y sensible masajista, -que resulta
ser ciego-, el cual la hará sentirse nuevamente viva. Captando y sintiendo la
vida desde un sentido distinto, como es el tacto. Ella, en agradecimiento, le
animará a someterse a una operación de vista.
El quiromasajista,
(Val Kilmer) es ciego, es una persona
con un sentido especial y muy desarrollado del tacto que los videntes no
tenemos.
A veces, cuando doy masajes y tengo dudas respecto a algo
que notó, lo que hago,( siguiendo un consejo que recibí hace años) es dar el masaje
cerrando los ojos, así notó y percibo cosas que de otra forma pasaría por alto.
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