En Grecia a mediados del siglo VII a.d.c. los eventos deportivos consagrados a los dioses, llamados Olimpiadas, se celebraban cada cuatro años. Ciudades, como Olimpia, Atenas, Delfos tenían sus propios juegos, haciéndolos cada vez más populares. Los competidores estaban cada vez más preparados y las pruebas deportivas eran más exigentes.
Los atletas,
empezaron a profesionalizarse y demandaban servicios y ayudantes para su
entrenamiento. Fue así como surgió la figura del aliptae, era un joven local
que se dedicaba a ungir con aceite de oliva al atleta, tanto antes como después
del esfuerzo físico, aplicando frotaciones y fricciones con ramas de romero y mejorana, de forma intuitiva, ya
que carecían de formación alguna.
Años más tarde, el
médico griego Asclepíades de
Bitinia,
fue el primero en formar en el siglo I a.d.c al taclatore, un hombre encargado
de los masajes, tratamientos y recomendaciones en las termas y gimnasios, sin
esa preparación, nadie podía aplicar masajes.
El
taclatore nació como profesinal.
El
primer masajista formado y con conocimientos había nacido en alguna remota
terma romana en el lejano siglo I a.d.c.
Había nacido un profesional. El masajista.
Y ya ves lo que hemos evolucionado.
ResponderEliminarBuen artículo
;)
Muchas gracias por tu comentario . Un saludo
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