Otros complementos de los que se sirve el
masajista para su maravilloso trabajo, han ido evolucionando a la par que los
pasos físicos y toques emocionales, entre ellos las piedras calientes que nos
acercan más a nuestra quería tierra, velas calientes nos evocan al calor
familiar o tal vez materno o geles y envolturas donde las sensaciones se
disparan y nos reconducen a otros mundos de sensaciones nuevas y refrescantes.
¨Herramienta
de herramientas¨ Así definió Da Vinci a las manos. No cabe duda que es el
principal utensilio con el que el masajista realiza su trabajo. Pero
necesariamente el profesional necesita a veces de ciertos complementos que le
facilitan su labor. El masaje llevado a la categoría de arte, donde la camilla
al masajista es como el lienzo al pintor, siendo el cuerpo del masajeado la
obra efímera del terapeuta. Sus colores
se convierten en fragancias y aromas provenientes de aceites naturales y
esencias exóticas evocando mil y una sensaciones que dan un toque mágico y
sensual al masaje.
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