Por fin, después de un año muy intenso lleno de talleres, cursos, y sobre todo terapias maravillosas, desde reiki, masajes relajantes, sensitivos y un mil y un masajes llenos de mil y una sensaciones y ráfagas de bienestar, el masajista o terapeuta, como un guerrero que vuelves de una batallas casi siempre ganada, busca su descanso y recuperación... para volver con fuerza, ilusión y ganas de dar siempre más por menos.
Voy a meditar y recargarme, para preparar nuevos cursos y talleres y dar fantásticas y únicas terapias diseñada personalmente para cada persona, su historia, su vida.
Gracias a todos y cada uno de las personas que confiáis en mi, por los de ayer, hoy y los de mañana.
Pronto vuelvo con fuerza y muchas ganas de
dar y compartir.
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