Reiki llego en un momento
concreto de mi vida, ni antes ni después… fue justo cuando más necesitaba una
técnica eficaz, sencilla y sobre todo muy humana, una técnica que te cambia tu
percepción de la vida, llego como fruto de una larga búsqueda y un constante
aprendizaje a través de mil y un cursos, motivados por mi constante deseo por
superarme a mi mismo y dar lo mejor en mi trabajo, en mi vocación… en mi forma
de vida.
La primera vez que escuche el concepto
reiki, me eche a reír, me pareció otra terapia más de la famosa moda new age de
ese momento ya lejano, y cuando hace pocas semanas llegué a cursar mi maestría
en el reiki japonés empecé a entender muchas cosas que intuía y que sentía pero
no sabía el por qué, sensaciones y sentimientos, donde no sabía donde ubicar,
donde no encontraban su sitio, demasiadas emociones que me bloqueaban,
demasiadas preguntas sin respuestas...
Reiki no solo me ha dado una técnica
maravillosa y con mucha fuerza para poder ser no solo mejor terapeuta manual y
masajista, sino ser mejor persona y dar a la vida y a la gente que nos rodea lo
mejor de nosotros mismos. Reiki es compartir, amor, compasión sentimientos
encontrados, sensaciones… muchas veces olvidadas y apartadas, reiki es un
reencuentro con todo aquello que realmente es importante para nosotros mismos,
para nuestra vida, sentirnos equilibrados, serenos… felices.
Si tú estas bien, todo a tu alrededor
empezará a cambiar…
Los amigos son ángeles que nos levantan sobre nuestros pies cuando nuestras alas tienen problemas para recordar como volar. ¡Felicidades!
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