En un tiempo tan remoto como la prehistoria, unos días donde estar físicamente en forma era la diferencia entre la vida y la muerte, en un momento concreto, uno de nuestros valientes antepasados se sintió mal, se golpeó, y es lógico
pensar que él mismo se llevara las manos la zona dolorida e iniciara algunas
manipulaciones, frotaciones, amasamientos, caricias o cualquier otra maniobra
instintiva o intuitiva (para su propia conservación y supervivencia), naciendo el masaje, como una forma de disipar el dolor y buscar la mejora del malestar en la zona afectada.
Al percibir que su dolor aminoraba o se calmaba siguió aplicándose ésta técnica
a sí mismo en adelante, para más tarde, impartirla a los otros/as.
Los hombres y mujeres primitivos
reaccionaban desde el instinto llevando a cabo actuaciones como el frotamiento
enérgico de una zona dolorida o aplicando de alguna forma calor o frío en la
misma sirviéndose de los medios que la naturaleza ponía a su
alcance.
Quizá apareció una figura encargada de realizar éstos
toques curativos de investigar , experimentar y especializarse naciendo el chamán.
Fueron éstos chamanes ( según algunos estudios “chamanas”. Las tradiciones orales y las
descripciones históricas muestran a las mujeres como invocadoras, curanderas,
herbolarias, oráculos, adivinadoras...”) los/as primeros/as masajistas del mundo, los/as primeros/as en realizar diagnósticos, los/as
primeros/as psicoterapeutas y, hasta los/as primeros/as en guiar a sus
respectivos clanes en sus migraciones necesarias durante los grandes períodos
de glaciación hasta lugares más habitables.
Estas formas de “toque terapéutico”
pronto se vieron reforzadas y combinadas con tratamientos base de hierbas y sus
extractos, mezclas y ungüentos, hidroterapia, uso de piedras calientes y frías,
utilización del fuego, uso de arcillas… etc. El ser humano, desde la observación
y la intuición, utilizaba todo aquello que estaba a su alcance, y desde
la práctica, la experiencia y la prueba y error, fue desarrollando algún tipo
de protocolo de actuación y tratamiento eficaz para las diferentes dolencias.
Esta experiencia y conocimientos acumulados se fueron ampliando y transmitiendo
de generación en generación.
El masaje es una práctica universal que
cruza todos los límites y fronteras; no pertenece exclusivamente a una
profesión o incluso a una tradición. Es una experiencia humana compartida. (Historia del Masaje. Robert Noah
Calvert).
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